Sentados alrededor de una
redonda mesa de vidrio, los ejecutivos de cuentas de una agencia de branding y
diseño de Perú, inician su semanal sesión de status; como siempre, como cada lunes a las 10
de la mañana.
Equipados todos con macbooks y sendas tazas de café, se disponen
a hacer un checklist de las tareas hechas y pendientes.
La mesa tiene una
conformación variopinta: distintas especialidades profesionales, como distintas
personalidades.
Estaban sentados en la salita Álvaro, jefe de diseño
gráfico de la agencia; un tipo de mediana edad con una incipiente barba castaña
que denotaba un intencional look descuidado; Mariana, ejecutiva de cuentas algo
despistada y caótica; Andrea, también ejecutiva de cuentas pausada y metódica. Con ellos Gertrudis, conflictiva y nefasta coordinadora de proveedores; y
finalmente Salomón, economista mutado en director de branding.
Salomón, director de la
agencia, decide retirarse de la naciente reunión porque tiene “otra” – Encargos
del dueño de la empresa – atina a decir con gesto complaciente.
Al mando de la
sesión queda la inefable Gertrudis; quien con una grave e impostada voz, que
pretendía ser firme e inquisidora, interroga a Álvaro sobre unos diseños
pendientes para un cliente. Álvaro responde a la defensiva, como un niño que no
hizo la tarea, que no ha tenido tiempo para revisar el encargo, pero que el
miércoles presentará un adelanto .
A Gertrudis no le cae nada
bien la respuesta del buen Álvaro. Lo recrimina agriamente, al tiempo que sus
arrugas faciales parecen profundizarse aún más, lo que le daba un rictus algo
tétrico y funebre.
En ese mismo momento, Mariana parecía más concentrada en
revisar los mensajes de Whatsapp que le iban llegando al Iphone, antes de verse
sorprendida por las agresivas preguntas de Gertrudis, quien ahora la emprendía
contra ella.
La voz de Mariana, más
bien aguda y trémula, se eclipsaba ante el bombardeo de insidiosas preguntas de Gertrudis - ¿Coordinaste con el cliente el envío de los pellets para el
producto comida para perros? ¿Cuándo tendremos noticias del cliente X sobre la
reunión de identidad gráfica? ¿Cómo van las correcciones para la memoria 2014,
te pasaron estados financieros? - Así acribillaba Gertrudis, mostrando cada vez más sus amarillentos dientes.
Algo similar pretendió
hacer con Andrea, quien con elegante compostura supo responder cada una de las
preguntas que, una envalentonada Gertrudis, profería.
Esta es una pequeña
muestra de lo que es una reunión de estatus en una ficticia agencia de branding y diseño
en algún lugar de Lima.
Todo lo anterior es un ejemplo de cómo NO debería ser un equipo
de comunicaciones; donde la norma debería estar guiada por la creatividad y el trabajo en
equipo.
Pero, vayamos más allá en
nuestro análisis. En una reunión de estatus se suele hacer una evaluación de
los trabajos terminados y pendientes de la semana previa y la que está a
punto de iniciar. Es una herramienta de comunicación por comunicadores de
diferentes especialidades: Branding, publicidad, PR, etc.
En este caso
específicamente observamos conductas absolutamente no deseables en un equipo de
comunicación:
1.- No hay dirección
Vemos un jefe apartado como Salomón; quien además tiene un superior que no respeta sus propios tiempos, y éste
hace poco o nada por hacerlos respetar. Delega y delega mal.
2.- Búsqueda del culpable
Nuestra amiga Gertrudis
adopta una actitud orientada a buscar el problema y no la solución, nefasto
desde todo punto de vista. Además, pretende encontrar culpabilidades y
convertirse en una especie de impostada “jefa implacable”. Desde luego, esta necesidad de
aceptación estropea el trabajo y obstaculiza los resultados.
3.- Desinterés en la tarea
La actitud de Álvaro es,
desde todo punto de vista, desapegada al trabajo, desinteresada e incluso
irresponsable; existe además una resistencia pasiva frente a la posición de
Gertrudis. La actitud de Mariana es similar, distraída, desinteresa y
desapegada a las responsabilidades del área.
4.- Desorden
No existen registros a
tiempo de las tareas pendientes, y ni siquiera están presentes en las mentes de
quienes las ejecutan. En otras palabras, se apuesta por la gestión del caos.
En un equipo de
comunicación, en cualquiera de las especialidades de ésta, debe primar un
ambiente de colaboración y estímulo de la creatividad grupal. Estas variables
no pueden perderse, dado que el equipo debe ser un espacio para la generación
de valor agregado en la creación de piezas y productos comunicacionales.
La creatividad muchas
veces se limita debido a la aparición de personajes que no alcanzan a tener el
perfil para participar en un equipo de alto desempeño comunicacional.
Otro elemento que vemos
que es muy importante, es la aparición de un líder. Observemos que Salomón,
Director de la Agencia no aparece cuando debe tomar decisiones, y “comandar” la
reunión de trabajo. Menos aún, se entera de lo que su equipo está haciendo.
Esta falta de involucramiento del Director del negocio, redunda en la actitud
de grupo entero de trabajo.
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1 comentario:
Has descrito un clima laboral muy común en las agencias de Lima. El jefe no lidera y delega mal. La gente no se compromete con su trabajo tampoco... los lunes a las 10 am, creo que no son buenos. Algo esta mal, creo que es la falta de liderazgo y la poca responsabilidad.
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