Amigos, comparto con ustedes algunas ideas extraídas de Lovemarks de Kevin Roberts, y que son básicas
para entender cómo funciona el branding emocional, sus principales
variables y desencadenantes.
En un post anterior,
tuvimos la oportunidad de conocer cómo la emoción desencadena una
actitud de compra, mientras que la razón llega a conclusiones
específicas sobre un producto o servicio; y en este sentido,
observamos que de todas las emociones que nos pueden generar un
comportamiento específico, el amor es la más importante.
Se puede amar situaciones y recuerdos vividos: una foto no es solo un objeto, nos transporta y encierra un valor emocional.
Pongámonos a pensar en aquellos valiosos objetos que guardamos llenos de entrañable recuerdo. La magia de un objeto que conservamos producto de un regalo especial, o algún suvenir de viaje. Éstos no son artículos inertes, sino que están recubiertos de una especial aureola que nos inspira.
Las seis verdades...
1. Los seres humanos
necesitan amor. Sin él mueren.
Todos necesitan amor, y de
hecho está probado que aquellas personas que tienen una pareja tienen mayores expectativas de vivir, versus aquellos que viven solos;
quienes tienen de cinco a seis veces menos expectativas de vida.
2. Amar es más que gustarse mucho.
El amor es un sentimiento
que va más allá del mero gusto. Está relacionado con el hecho de
estar intrínsecamente unidos a otra persona.
Foto de NúriaGutierrez en Flickr.
3. El amor es una respuesta.
Es un sentimiento intuitivo y delicado.
El amor es parte de una
relación de dar y recibir. Implica una avenida de dos vías
cuidadosamente conservadas y duraderas. Para el autor, si no existe
esta condición, este sentimiento no merece ser llamado amor.
4. A quién y qué amamos.
Esto tiene que ver, como
dice Roberts, no solamente con el amor romántico; sino con todos
aquellos tipos de amor que nos rodean a cada hora, en cada momento.
El amor de nuestros padres, el amor de nuestros hermanos. También el
amor que le tenemos a las situaciones y recuerdos. A lo mejor tú
amas los sábados por la noche, con los amigos compartiendo unas
cervezas. O tal vez amas los paseos por la playa. Hablamos de
sensaciones y experiencias que nos generan amor.
Inca Kola, la Lovemark por excelencia del Perú, apelando a la comida peruana; tal vez, una de las experiencias más entrañables de los peruanos.
5. El amor requiere tiempo.
El amor tiene su propio
reloj. Éste es resultado de nuestras experiencias previas; tiene un
pasado que lo hace más entrañable y apreciable. Somos producto del
amor, (o del desamor).
6. El amor no se puede
imponer o exigir. Sólo se da.
El amor se basta a sí
mismo decía la Madre Teresa de Calcuta. En el budismo, el amor se
debe dar, sin esperar porque ese deseo nos podría llevar a la
infelicidad. Y como opina Roberts, “al dar amor se recibe amor”.
La publicidad de hace unos años de los mercados Wong, de la cadena Cencosud apelan al sentimiento que genera su marca entre los consumidores
El amor, es pues, la
medida del éxito de las marcas y de su éxito en el mercado. Sin
embargo, es tal vez, la medida de nuestro amor lo que hace que éstas
sean exitosas. Es por eso que algunas lovemarks han hecho evidente el
control que tiene el consumidor sobre ellas.
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