Sin embargo, no solo se trata de Trump. La información no es comparable con un bien suntuario; es básicamente un derecho que las plataformas limitan o regulan de acuerdo a sus intereses económicos e ideológicos.
Lo peor es que aparece una hipocrecía en las declaraciones oficiales de las «big techs» en el sentido de que Trump promueve y avala la violencia. La hipocrecia está dada porque cuentas como la de Maduro en Venezuela, siguen firmes.
¿Es este el inicio de una persecución en contra de las opiniones que no son políticamente correctas? ¿Estamos en el inicio de la entronización del pensamiento único? ¿Este es el mundo del que hablaba Orwell en 1984?
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