Primer número de Playboy con Marilyn Monroe en portada (1953) |
Playboy Magazine es seguramente una de las marcas más icónicas de la historia de la cultura pop.
Su posicionamiento evoca inmediatamente sexualidad, erotismo y belleza femenina en prácticamente todo el mundo; y es un referente indiscutido que la pone al nivel de grandes marcas globales como Coca Cola o Apple en sus respectivas industrias.
Hace unos días, la compañía anunció que no publicaría más desnudos en sus ediciones impresas; sin embargo, hace mucho tiempo que la revista ha dejado de basar sus contenidos en mostrar chicas sin ropa.
A propósito, hace unos días el blog Communications Conversations de Arik Hanson publicó un post en el que muestra cómo Playboy ha fidelizado a sus audiencias a través de lo sugerido y lo tácito, en clara contraposición con la actual tendencia que dice las marcas deben mostrar el "detrás de cámaras" para generar atracción y lealtad a la compañía y sus productos.
A propósito, hace unos días el blog Communications Conversations de Arik Hanson publicó un post en el que muestra cómo Playboy ha fidelizado a sus audiencias a través de lo sugerido y lo tácito, en clara contraposición con la actual tendencia que dice las marcas deben mostrar el "detrás de cámaras" para generar atracción y lealtad a la compañía y sus productos.
Efectivamente, durante mucho tiempo Playboy ha representado el erotismo implícito en la sensualidad de sus modelos, más que la sexualidad explícita. Aún hoy juega con esa idea, en donde es más lo que sugiere que lo que realmente muestra.
Ahora la apuesta de Playboy se acerca más bien a la generación de contenido que apunta al periodismo de tendencias y a la publicidad de lujo, sin dejar de lado sus raíces eróticas, que son las que han perfilado la propia naturaleza de su negocio.
El nuevo branding nos dice que el proceso de storytelling debe mostrar todo a través de los nuevos medios; involucrar al consumidor con la compañía detrás de la marca, y no solo con el producto o servicio final.
De esta forma, ustedes pueden ver lo populares que son los videos que muestran los procesos de producción de las más importantes brands.
Si hablamos de un videoclip, nos muestran la forma en la que fue grabado y producido, la vestimenta del artista e incluso los momentos coloquiales.
Si hablamos de una marca de hamburguesas, el behind-the-scenes nos mostrará el procesos de preparación del producto, y nos permitirá conocer la cocina, a los cocineros y eventualmente cómo se preparó la carne y el origen de las papas fritas.
Los procesos luego son viralizados en Faceook, Instagram o Youtube, con el propósito generar engagement con el consumidor final.
Sin embargo, Playboy nos muestra que no es necesario generar fidelidad y compromiso entre nuestros públicos a través de mostrar absolutamente todo.
Como lo mencioné, la marca juega con lo sugerido, con el elemento tácito; a partir de eso le deja tarea a la imaginación para que ésta haga el resto.
Del éxito de la marca Playboy, ¿no cabe preguntarse si es realmente necesario exponer todo para fidelizar a nuestras audiencias?
Basta recordar que en literatura, en el cine, o la televisión las mejores historias son las que invitan a pensar qué sucederá después, y nos deja con la sensación incertidumbre que permite "enganchar" con el relato. Las historias previsibles son más bien planas y fácilmente olvidables. Hay que dejarle algo a la imaginación.
Es bueno pensar en eso.
La muy sobria página de Playboy se decanta por el magazine de tendencias |
Ahora la apuesta de Playboy se acerca más bien a la generación de contenido que apunta al periodismo de tendencias y a la publicidad de lujo, sin dejar de lado sus raíces eróticas, que son las que han perfilado la propia naturaleza de su negocio.
Las nuevas tendencias del branding vs Playboy
Una de las últimas tendencias que está matizando el concepto de storytelling, está referida a la idea del behind-the-scenes, o mostrar el proceso total detrás de la producción de marca. El nuevo branding nos dice que el proceso de storytelling debe mostrar todo a través de los nuevos medios; involucrar al consumidor con la compañía detrás de la marca, y no solo con el producto o servicio final.
De esta forma, ustedes pueden ver lo populares que son los videos que muestran los procesos de producción de las más importantes brands.
Si hablamos de un videoclip, nos muestran la forma en la que fue grabado y producido, la vestimenta del artista e incluso los momentos coloquiales.
Si hablamos de una marca de hamburguesas, el behind-the-scenes nos mostrará el procesos de preparación del producto, y nos permitirá conocer la cocina, a los cocineros y eventualmente cómo se preparó la carne y el origen de las papas fritas.
Los procesos luego son viralizados en Faceook, Instagram o Youtube, con el propósito generar engagement con el consumidor final.
Sin embargo, Playboy nos muestra que no es necesario generar fidelidad y compromiso entre nuestros públicos a través de mostrar absolutamente todo.
Como lo mencioné, la marca juega con lo sugerido, con el elemento tácito; a partir de eso le deja tarea a la imaginación para que ésta haga el resto.
Del éxito de la marca Playboy, ¿no cabe preguntarse si es realmente necesario exponer todo para fidelizar a nuestras audiencias?
Basta recordar que en literatura, en el cine, o la televisión las mejores historias son las que invitan a pensar qué sucederá después, y nos deja con la sensación incertidumbre que permite "enganchar" con el relato. Las historias previsibles son más bien planas y fácilmente olvidables. Hay que dejarle algo a la imaginación.
Es bueno pensar en eso.
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