Existen diferentes factores, que te pueden motivar a buscar otro empleo y otros retos profesionales. Aquí veremos algunos aspectos que conviene que tomes en cuenta.
En general si uno se anima a cambiar de trabajo, es por la falta de la motivación necesaria para seguir desarrollando ESA actividad en ESE lugar.
Y cuando hablo de motivación me refiero específicamente a aquel deseo de hacer las cosas, ya sea porque la recompensa es buena o porque el trabajo en sí es bastante atractivo. Lo ideal ciertamente es que el trabajo sea una saludable combinación de estos dos elementos motivacionales, es decir motivación intrínseca y motivación extrínseca.
Sabemos que la motivación intrínseca está directamente relacionada por el deseo de hacer las cosas por el mismo hecho de hacerlas, por la gratificación de hacerlas; mientras que lo extrínseco está dado por el hecho de hacer las cosas a cambio de algo, un premio o recompensa.
Dicho de otra forma, uno cambia de empleo porque algo en este tipo de motivación se altera; esto incluye a la posibilidad de recibir una mejor propuesta.
Creo que un trabajador deber gozar la de motivación necesaria para desarrollarse en su puesto en un 100 por ciento. Por otro lado, también considero que un buen trabajador debe automotivarse frecuentemente para alcanzar sus propios records personales.
Pero es la organización la principal interesada en que sus trabajadores estén enteramente motivados, y es precisamente cuando esto no sucede cuando es necesario pensar en la posibilidad de respirar nuevos aires.
Hacerlo de forma calmada, sin apresuramientos y sin dejar puentes rotos con el empleo actual sería la mejor recomendación. Sin embargo esto no suele suceder así. Siempre una de las dos partes resulta más resentida que la otra, más aún si la relación fue buena en el pasado
Forbes ofrece 14 señales que te hacen ver que ya necesitas cambiar de trabajo:
1. Sientes falta de pasión por tu trabajo.
2. Te sientes infeliz cada mañana.
3. La compañía para la que trabajas de está hundiendo.
4. No te gustan tus compañeros de trabajo y/o tu jefe.
5. Te sientes estresado, infeliz y pesimista en relación a tu trabajo.
6. El estrés de tu trabajo está afectando tu salud.
7. No te sientes parte de la cultura corporativa y de sus valores.
8. Sientes que tienes mal desempeño.
9. No encuentras balance entre tu trabajo y tu vida personal.
10. Tus competencias no son aprovechadas.
11. Tus responsabilidades han aumentado, pero no tu sueldo.
12. Tus ideas no son tomadas en cuenta.
13. Sientes que no estás creciendo laboralmente en tu trabajo.
14. Estás experimentando algún tipo de maltrato o abuso laboral.
En general si uno se anima a cambiar de trabajo, es por la falta de la motivación necesaria para seguir desarrollando ESA actividad en ESE lugar.
Y cuando hablo de motivación me refiero específicamente a aquel deseo de hacer las cosas, ya sea porque la recompensa es buena o porque el trabajo en sí es bastante atractivo. Lo ideal ciertamente es que el trabajo sea una saludable combinación de estos dos elementos motivacionales, es decir motivación intrínseca y motivación extrínseca.
Sabemos que la motivación intrínseca está directamente relacionada por el deseo de hacer las cosas por el mismo hecho de hacerlas, por la gratificación de hacerlas; mientras que lo extrínseco está dado por el hecho de hacer las cosas a cambio de algo, un premio o recompensa.
Dicho de otra forma, uno cambia de empleo porque algo en este tipo de motivación se altera; esto incluye a la posibilidad de recibir una mejor propuesta.
Creo que un trabajador deber gozar la de motivación necesaria para desarrollarse en su puesto en un 100 por ciento. Por otro lado, también considero que un buen trabajador debe automotivarse frecuentemente para alcanzar sus propios records personales.
Pero es la organización la principal interesada en que sus trabajadores estén enteramente motivados, y es precisamente cuando esto no sucede cuando es necesario pensar en la posibilidad de respirar nuevos aires.
Hacerlo de forma calmada, sin apresuramientos y sin dejar puentes rotos con el empleo actual sería la mejor recomendación. Sin embargo esto no suele suceder así. Siempre una de las dos partes resulta más resentida que la otra, más aún si la relación fue buena en el pasado
Forbes ofrece 14 señales que te hacen ver que ya necesitas cambiar de trabajo:
1. Sientes falta de pasión por tu trabajo.
2. Te sientes infeliz cada mañana.
3. La compañía para la que trabajas de está hundiendo.
4. No te gustan tus compañeros de trabajo y/o tu jefe.
5. Te sientes estresado, infeliz y pesimista en relación a tu trabajo.
6. El estrés de tu trabajo está afectando tu salud.
7. No te sientes parte de la cultura corporativa y de sus valores.
8. Sientes que tienes mal desempeño.
9. No encuentras balance entre tu trabajo y tu vida personal.
10. Tus competencias no son aprovechadas.
11. Tus responsabilidades han aumentado, pero no tu sueldo.
12. Tus ideas no son tomadas en cuenta.
13. Sientes que no estás creciendo laboralmente en tu trabajo.
14. Estás experimentando algún tipo de maltrato o abuso laboral.
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