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sábado, 21 de mayo de 2016

Tendencias globales en medios de comunicación



Te acaban de servir una tasa de café con un evocador aroma a recién pasado. Le das un suave sorbo y casi puedes sentir el  ácido amargo del grano recién molido.

De fondo unos acordes de smooth jazz le dan un toque exclusivo y sofisticado al momento.

En la mesita del café, yace la versión impresa del diario El País de España; doblado, como atento a ser leído. 

Miras a la gente pasar a través de las grandes ventanas que te separan de la Gran Vía. Contemplas el paisaje, los edificios y la gente mientras enciendes tu tablet.


Aún no has tocado el periódico que continúa tendido en la mesa, esperando a ser escudriñado. Lo ignoras. Tu atención está en la vuelta a la vida de tu tablet, al tiempo que vuelves tu mirada a la calle. Madrid y su paisaje es más interesante.

Ya en internet te conectas a Facebook, revisas el correo de tu trabajo, entras a Twitter, chequeas tus diarios, blogs y editores de noticias favoritos. 

En ese lapso, debes haber repasado más de 30 noticias, a lo mejor solo cinco capturaron tu atención.

Nunca revisaste el periódico, o a lo tal vez sí; pero decidiste llevártelo contigo "para leerlo cuando tengas tiempo".

Esta no es una situación ficcional o imaginaria. En una sola escena se han dibujado numerosos momentos de tu relacionamiento diarios con medios tradicionales, que configuran un panorama diferente y en plena transformación.

Algunas de las tendencias más importantes que definen este cambio se pueden describir de la siguiente forma:

Los canales son más importantes que el contenido
Las grandes compañías digitales no desarrollan contenido propio; sino más bien son las  audiencias las que generan y cuentan historias, cada vez más complejas e interesantes.

Apple, Facebook, Google, YouTube, Instagram y otras más, son  plataformas que encausan, modelan y eventualmente editan los mensajes de sus usuarios; pero no tienen su foco en generar contenido. 

Los medios offline pierden poder
Como en la escena del café, los grandes medios de comunicación han perdido la atención que antes generaban entre sus audiencias "cautivas". Esto porque antes las audiencias eran vistas como una "masa" y el sentido de la comunicación era básicamente unidireccional.

Con los años esa masa se fue segmentando hasta alcanzar el grado de empoderamiento comunicacional que tiene hoy. 

Hoy cada uno de nosotros es básicamente un medio de comunicación que potencialmente puede tener una gran audiencia al mismo nivel de las grandes compañías mediáticas. 

Predominio de modelo audiovisual
Otro de los elementos que caracteriza esta transformación está dado por el uso de contenido audiovisual. Solo tienen que mirar sus muros de Facebook para notar que la comunicación se hace básicamente a través de videos de todo tipo.

Más todavía, la aparición de Periscope y Facebook Mentions refleja una tendencia más que obvia hacia la inmediatez audiovisual. 

Nadie quiere pagar
Este es otro aspecto importante de la transformación digital, muy poca gente está dispuesta a pagar por contenidos, y si lo hacen, éstos tendrían que ser muy baratos. 

Esta tendencia es un gran desafio para los modelos de negocio de las grandes compañías que ven acortar sus ingresos en el mundo offline y que persiguen entrar al esquema online sin tener una forma clara para hacer dinero. 

Medios que nacen digitales
Uno de los fenómenos que más llama la atención es la aparición de medios que nacieron y se desarrollaron totalmente digitales como Mashable, Buzzfeed, Huffington Post, Vice, Slate, entre otros; y que entienden cómo evoluciona el entorno de internet. 

Por otro lado a los medios tradicionales, con toda su estructura organizacional, les cuesta desarrollar propuestas atractivas para este nuevo tipo de consumidor. 

Abajo un par de cuadritos que grafican el cambio en la forma de consumir noticias entre los consumidores.

Fuente IHS
Fuente IHS

El cuadro de arriba muestra el crecimiento de Netflix en número de suscriptores desde el 2009. Precisamente en el 2016 se tiene previsto que supere a la TV vía IPTV y Satelital; al tiempo que apunta a alcanzar  a los suscriptores de TV por cable hacia el 2018 o 2019. 


En este cuadro podemos ver cómo ha variado la audiencia del primetime en la TV de Estados Unidos con respecto al año anterior en 2015. 

Sin embargo, a pesar de todo lo dicho, es la televisión la principal fuente de información del mundo, aunque en franco proceso de transformación gracias a las nuevas tecnologías. 

Todo este proceso marcha aceleradamente al mismo tiempo que la tecnología mejora las herramientas de comunicación.

Próximamente voy a ir escribiendo un poco más sobre este tema porque me parece súper interesante tomar en cuenta las variables que están definiendo la industria. 

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domingo, 28 de junio de 2015

3 variables para entender la globalización y la comunicación



Los tiempos que nos ha tocado vivir son especialmente interesantes. Nos encontramos frente a una suerte de revolución cultural de dimensiones mundiales, que están afectando nuestro modo de ver y entender el mundo. Es decir, está transformando nuestra comunicación.

En esta era de transmisiones globales y de sociedades basadas en  información, debemos entender cuáles son las variables que están, como una locomotora, propulsando los valores de esta revolución.

Creo que, en la estructura, hay tres variables que se destacan, y que  permiten construir el tejido de la actual sociedad de la información.

1.- Revolución del Hardware y Software
Desde la década de los 80 con la introducción y masificación de las primeras computadoras personales, hemos sido testigos de un impresionante desarrollo de los equipos de procesamiento de información, cada vez más personalizados y amigables; cada vez más baratos y pequeños. Este desarrollo, se vio beneficiado por una competencia agresiva entre empresas como IBM,  Apple y Microsoft, quienes le dieron un gran impulso a este novísimo sector.

Con el tiempo los programas de software también se hicieron más avanzados y rápidos, al tiempo que se tuvieron que volver más cercanos al consumidor final, y contribuir con esto a su masificación.

2.- Desarrollo de redes
La segunda variable para comprender el ascenso de la sociedad de la información, es el desarrollo de las redes de comunicación. Las redes informáticas han cubierto prácticamente la totalidad de la tierra, y esto era necesario debido a que precisamente el desarrollo de generaciones cada vez más avanzadas de equipos de cómputo exigía una integración más profunda entre ellos.

Es precisamente el momento en que aquella red  llamada Arpanet empieza a salir de su gueto militar, para expandirse a través de las universidades americanas, y luego fuera de ellas; momento en el que  es bautizada como Internet.

Hubo entonces una comunión entre el desarrollo del hardware y software, y las redes de comunicación. Una mejor generación de equipos de cómputo exigía una red de comunicación más rápida y con mayor capacidad.

3.- Desarrollo de contenidos
Mejores equipos y mejores redes de comunicación entre ellos. Sin embargo, lo que se gestaría luego era la extensión de las capacidades humanas para la comunicación. Nuevo software para crear producción audiovisual y mejorar en la calidad gráfica, con mayor valor agregado en la información; eran algunas de las premisas previas para el desarrollo de mejores contenidos. Cada usuario sería capaz de desarrollar su producción en función a sus necesidades.

Así, los primeros cibernautas empezaron a interactuar entre ellos; y las primeras empresas dedicadas al espacio virtual empezaron a replicar la vida offline en el mundo online. Los usuarios del espacio virtual podrían ahora comunicarse, hacer compras, producir videos, escribir artículos, jugar, etc. Aparecen grandes y nuevas empresas: Yahoo, Altavista, Netscape, Amazon, etc. Solo algunas prevalecen. Y aparecen nuevas compañía que buscan replicar más aún la experiencia humana de la comunicación a través de comunidades: Google, Facebook, Youtube, Blogger, Twitter, etc,  Estamos frente a la red 2.0

Es en este punto en donde los consumidores pasivos de antaño, se convierten de productores y consumidores. Las compañías del mundo offline se acercan al ciberespacio, con habitos y costumbres del siglo XX, es decir comunicación unidireccional y mensajes masivos para todos. Estrategia que se desajusta al nuevo escenario mundial de la globalización, en donde un solo individuo, en esta nueva gran comunidad puede tener tanto poder comunicacional como la compañía más grande. 

jueves, 18 de junio de 2015

La legión de los idiotas


La copiosa llovizna limeña de junio humedece tenuemente su cabello, al tiempo que se apresura a concentrar su mirada en aquel amarillo quiosco forrado de multicolores periódicos de cincuenta céntimos.

A Alejandro la función lectora siempre le fue una herramienta inútil. Más allá del indispensable utilitarismo de la burocracia diaria, leer con detenimiento y pausa es un mundo inexplorado y virgen para él. Un mundo, que por cierto, tampoco está interesado en descubrir.

Sin embargo parado allí, en medio de la poblada y caótica calle mientras espera el bus que lo llevará a su trabajo, la función lectora en su nivel más primario le permite echarle un vistazo a los titulares más llamativos y vociferantes de la prensa: no entiende mucho y retiene lo suficiente.

Detesta la política por aburrida. Pone especial atención al fútbol y la farándula (ambos, incluso la política, son ahora lo mismo). En su mente, confirma y opina consigo y para sí mismo hasta que se percata de la llegada de su bus. Apura su paso para ir a trabajar.

Ya en el trabajo, armado de su laptop, se apresura a darle un vistazo a su cuenta de Facebook. Mira perfiles ajenos y, nuevamente se concentra en las noticias, pero esta vez solo para opinar a través de las redes.

Alejandro opina: a veces poco, a veces mucho. En realidad depende de su estado de ánimo y del tiempo del que disponga para hacerlo. Alejandro, en la mayoría de ocasiones, desconoce en profundidad el tema sobre el que opina, sin embargo lo hace; y cuando lo hace consigue muchos likes. También es insultado, denostado y despreciado. Él devuelve el favor.

Mientras más bajo y artero el insulto, mejor se siente él. No importa el tema, lo importante es opinar, comentar, postear.


La democracia de las redes sociales

Es claro que el advenimiento de las redes sociales representa una gran oportunidad de intercambiar ideas, información y conocimientos; por lo menos eso es lo que la utopía nos enseña o quisiéramos creer. Sin embargo, no es menos cierto que las redes sociales han masificado, de muchas maneras, la estulticia a niveles épicos.

Umberto Eco acaba de ofrecer una entrevista al diario LaStampa de Italia y ha sido más que claro en su percepción sobre las redes sociales e Internet: "Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos rápidamente eran silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles".

En otro momento Eco comenta lo siguiente: "Si la televisión había promovido al tonto del pueblo, ante el cual el espectador se sentía superior", el "drama de Internet es que ha promovido al tonto del pueblo como el portador de la verdad"

No es la primera vez que las redes sociales recibe una crítica de este tipo por parte de un intelectual. En el 2011, Mario VargasLlosa comentó lo siguiente: “Si escribes así, es que hablas así; si hablas así, es que piensas así, y si piensas así, es que piensas como un mono. Y eso me parece preocupante. Tal vez la gente sea más feliz si llega a ese estado. Quizás los monos son más felices que los seres humanos. Yo no lo sé”.

Noam Chomsky no tuvo una opinión muy diferente sobre el tema: "Internet es una suma de ideas azarosas y es difícil distinguir entre lo que alguien pensó mientras cruzaba la calle y lo que otro estudió en profundidad".

Entonces, ¿realmente estamos ante la dictadura de los idiotas en los términos de Umberto Eco? ¿Se precariza el conocimiento? ¿Se empobrece el debate? Se debe buscar con intuición de científico y esperanza de monje para encontrar opiniones enriquecedoras, incluso en la discrepancia.

Sin embargo, las redes sociales están ya aquí para quedarse, y nos asomamos inexorablemente a un nuevo entorno comunicacional.


Es cierto que opiniones poco informadas (estoy siendo benévolo) pueden ejercer un peligroso liderazgo de opinión, pero es parte del riesgo de vivir en una sociedad hipercomunicada y al mismo tiempo cada vez más deshumanizada. 

Jürgen Habermas opinó más o menos en la misma tendencia al ser consultado sobre el impacto de Internet en las comunicaciones humanas: “El uso de Internet, ha ampliado y fragmentado, al mismo tiempo, los contextos de la comunicación. A eso se debe que Internet pueda tener un efecto subversivo en la vida intelectual dentro de regímenes autoritarios. Pero a la vez la vinculación cada vez menos formal, la reticulación horizontal de los canales de comunicación, debilita los logros de los medios tradicionales. Esto enfoca la atención de un público anónimo y disperso en asuntos y en información específicos, permitiéndole a los ciudadanos concentrarse en los mismos temas críticamente filtrados y en las piezas periodísticas en cualquier momento. El precio que pagamos por el crecimiento del igualitarismo ofrecido por Internet es el acceso descentralizado a historias no editadas. En este medio, las contribuciones de los intelectuales pierden su capacidad para enfocar un discurso”.

Nos encontramos entonces no solamente ante la puesta en valor de opiniones poco sostenibles, sino que además los mensajes con sostenibilidad y rigurosidad intelectual no se enmarcan en un discurso articulado y coherente.

Diariamente, como el ejemplo arriba citado, nos encontramos con productores de información que dirigen el debate en las redes y que, en muchas ocasiones logran trascender a la esfera offline. Este advenimiento es algo que se debe estudiar e incluso motivar a reflexión. 

domingo, 26 de febrero de 2012

¿El fin de la era de la confidencialidad?

Durante muchos años, sino siglos, uno de los principales valores en la gestión de la información estaba dado por la confidencialidad. De hecho, aún es así su manejo, y debe ser así en diferentes ramas de la actividad y organización humana.

Manejar la información de forma confidencial ha permitido a los estados prosperar, a través de desarrollos pioneros en diferentes campos. Las organizaciones empresariales la utilizan constantemente al crear productos y servicios que los posicionan en un lugar preferencial frente a la competencia.

Sin embargo, el desarrollo de nuevas tecnologías de la información, junto con una cultura basada en esta, está desatando todo un cambio en el modo de ver y apreciar el valor de la confidencialidad.

El desarrollo de la Internet, y específicamente de la web 2.0 nos invitando a “poner en común” diferentes formas de producción humana: textos, fotografías, música, videos, etc.
Todo esto basado en dispositivos electrónicos que hacen más fácil compartir información con diferentes círculos.

La generación de usuarios nativos digitales, está creciendo con este valor, mientras que la confidencialidad, para ellos, les será un valor más bien anexo (que no necesariamente obsoleto).

Las nuevas generaciones tendrán, más bien, la tendencia a diseminar información, hacerla social entre sus amigos, familiares y compañeros de trabajo.

Siendo así, muchas de las nociones y definiciones de confidencialidad y exclusividad tendrían que cambiar y adoptar un matiz diferente. Los negocios globales también tendrán un sesgo diferente, en donde la socialización de la producción intelectual y artística tendrá como base la diseminación de conocimientos.

La política y la administración del capital intelectual sufrirán cambios, en la medida que el o los “autores” de una producción intelectual y/o artística pondrán a disposición del público su producción y estos podrán generar nuevos agregados a los productos desarrollados.

Estamos frente a una silenciosa revolución en el modo de ver y apreciar el conocimiento, y la industria que gira alrededor de él; así como las normas que lo rigen a nivel mundial. Revolución que obviamente genera marchas y contramarchas, tales como las leyes SOPA y ACTA.

Finalmente, crecen más las organizaciones humanas que no basan su cultura en el secretismo, sino en la colaboración y enriquecimiento del conocimiento; valores cada vez más soportados por la tecnología.
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