En un entorno altamente complejo,
en donde la economía global se ha visto azotada por una serie de drásticos
cambios para las empresas y marcas, estas se han tenido que reducir y prescindir
de una gran cantidad de empleados y obreros, lo que hace necesario replantear la forma en
la que buscamos oportunidades laborales.
La irrupción de los nuevos medios
de comunicación hace necesario conocer de manera clara, los mecanismos más apropiados
y eficaces para posicionarnos entre las empresas en las que, potencialmente,
podríamos recalar laboralmente.
Los nuevos medios sociales están
revolucionando la economía global, y los trabajadores del conocimiento están
ganando espacios cada vez más privilegiados en sectores como tecnología, comunicación,
educación, manufactura, recursos naturales, finanzas, defensa y gobierno. En
todos estos campos, la innovación es básica para la competitividad.
De 20 a 40 millones de
norteamericanos cambian de empleo cada año en los Estados Unidos, y claro, en
el marco de una economía tan difícil, las reglas de la búsqueda de empleo han
cambiado y lo seguirán haciendo de forma creciente y sostenida.
En este nuevo paradigma, es
importante tener en cuenta que existen variables que deben ser tomadas en
cuenta para ser exitosos en un escenario
cambiante y competitivo. Estos elementos deben estar claros en la redacción de
un plan de búsqueda de nuevas oportunidades, y deben ser cuidados
milimétricamente.
- Astucia
- Orientados a resultados
- Ligados al marketing
- Bajos costos
- Realistas
- Alcanzables
De hecho nadie conoce exactamente
los factores que intervienen en el proceso de creación de empleos, pero lo que
sí queda claro es que las búsqueda a través de la guerrilla en medios sociales
e Internet, en general supondrá una oportunidad diferencial frente a aquellos
que trabajan con una estrategia definida.
Un nuevo escenario global
La mejora del ambiente financiero
dependerá de la rápida transición de una economía basada en recursos naturales
y manufactura, a una economía basada en el conocimiento. La mayor parte del
siglo XX las recesiones económicas han sido producto de un exceso de creación
de nuevas ideas sin público que las pueda comprar. La crisis terminaba cuando
el número de nuevos inventos se reducía, con lo que el equilibrio entre la
demanda y la oferta volvía a sus niveles “normales”.
A través del tiempo, las grandes compañías
han evitado el gasto innecesario de dinero a través del diseño y construcción
de grandes zonas industriales, que hicieron que se busque el desarrollo de
plantas de producción en lugares diferentes a los países ya industrializados, como Estados Unidos. Así
aparecieron grandes plantas en América Latina, China, India, etc.
Por eso el crecimiento económico
de un país depende de la creación de nuevos empleos que generen valor, y las
organizaciones se toman el tiempo para identificar los mejores lugares para
invertir y crear nuevas posiciones. Hoy,
el desarrollo de la base del capital de las empresas depende exclusivamente del
recurso humano.
Ninguna de las grandes marcas de
prendas de vestir, como Nike, Zara, Gap o Nautica basan sus negocios en el
establecimiento de una planta de industrial, sino en la cadena de valor
agregado que sus empleados le dan a la marca a través del diseño, marketing y
cadenas de distribución. El capital de una compañía se basa en el conocimiento,
y no necesariamente en su maquinaria o espacios físicos.
¿Por qué guerrilla?
La lucha por el talento se ha hecho radicalmente más compleja.
Las empresas necesitan mayor valor agregado en sus recursos humanos. En la
década de los noventa, se produjo el
giro de cantidad de trabajadores, a calidad. Este cambio de mentalidad de los
empresarios fue descrita por Peter Weddle en su libro Generalship: HR
Leadership in a Time of War, 2004.
Las empresas están a la caza de candidatos que le den la
posibilidad a la organización de aumentar su valor de marca. Cuando los
actuales empleados de una empresa pierden su capacidad para generar valor son
cambiados. Las empresas asumen que los trabajadores son un “costo variable”, de
allí el término “capital humano”. Por eso sólo triunfarán aquellos que
promocionen su talento de la mejor manera.
La promoción del talento propio es la campaña personal que
hacemos para construir una marca. Como en un entorno comercial clásico, un job
hunter debe hacer la diferencia que lo posición como la solución a los
problemas organizacionales.
Los métodos y procedimientos tradicionales ya no son
suficientes para darse a notar. Es básico identificar las fortalezas propias y
definir el core personal. Luego es importante identificar cómo generamos valor,
cómo llegamos a soluciones integrales para el negocio.
Cabe preguntarse en este punto:
- ¿Cuál es el valor que las empresas están buscando?
- ¿Cómo puedes comunicar de mejor manera tus propios valores?
Cómo crear la marca personal.
1.- Crea un estilo propio de marca de guerrilla - Busca diferenciarte.
- Los empleadores están buscando resultados.
- Tus resultados demuestran tus cualidades.
- Los empleadores no contratan empleados genéricos.
- Los empleadores comprarán cualidades intangibles en tu marca.
2.- Construye tu marca basada en experiencias previas (las marcas para las que trabajaste antes).
Usa el legado de las marcas para las que trabajaste, sus valores son los tuyos. Contribuye a crear el efecto halo: Cómo verías un CV con los logos de Nike, Microsoft, BMW y Coca-Cola.
En el próximo post desarrollaremos un poco más estos aspectos de la creación de la marca personal, e iremos explorando la importancia del marketing de guerrilla con mayor detalle. Cómo lo podemos utilizar de manera efectiva para diferenciarnos del resto, y posicionarnos como una marca con valor agregado.