Ambas variables, independientes de nuestro manejo o dominio, hacen peligrar el dinamismo económico, y con ello nuestras posibilidades de crecimiento profesional y personal.
Teniendo esto claro, la idea de dejar una impronta profesional que sea eficaz y eficiente se hace más que necesaria.
De allí la importancia de la llamada gestión de marca personal.
Muchos autores, influencers, articulistas y agencias de comunicación han escrito o hablado sobre qué es realmente la marca personal o cómo gestionarla.
En este sentido, la mayoría de ellos responde a la actual lógica social, es decir, al individualismo y a la promoción del ego profesional; más allá del real aporte que debería ofrecer un profesional.
Sin embargo, ¿se puede ofrecer una óptica mejor enfocada hacia los resultados y la resolución de problemas, en vez que una visión egocentrista del quehacer profesional?
Es posible.
En el video insertado líneas arriba, hablo sobre un enfoque de la gestión de la marca personal desde la sencillez orientada a la identificación discreta de problemas y la ejecución de propuestas de solución; tomando como ejemplo concreto a la propia Virgen María en las Bodas de Caná.
Nuestra Señora, con una mirada suave, discreta, pero al mismo tiempo analítica y proactiva observa con calma, qué es lo que hace falta en esa casa en plenas bodas, y antes de que se sucite el escándalo o la verguenza, acude ante la persona que puede dar solución al problema.
Santa Edith Stein nos invita a seguir el ejemplo de María para extrapolarlo a un espacio aparentemente diferente o distinto al mundo espiritual, que es el espacio corporativo, pero del que Dios claramente no es indiferente.
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