⭐️⭐️Aunque sin consultarle al autor de tan interesante y enjundioso texto, me he tomado la discreta y audaz licencia de transcribir el prólogo de El Hombre Eterno de G.K Chesterton, escrita de manera tan brillante por Juan Manuel de Prada.
Juan Manuel de Prada logra captar de manera prodigiosa la naturaleza del mensaje que nos ofrece Chesterton, ofreciéndole al lector un preludio de aquello que está a punto de leer.
"En algún pasaje de su suculenta Autobiografía, Chesterton nos confiesa que su acercamiento a la Iglesia Católica fue primeramente una expresión de curiosidad. La execración de la Iglesia se había convertido en el pasatiempo predilecto de los intelectuales de su época; tanta unanimidad en el vituperio acabó provocando en su temperamento inquisitivo un movimiento de rechazo.