Hoy por la mañana, tiempo de Perú, ante la incredulidad del mundo y las amanazas de China; la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, hizo su arribo al aeropuerto de Taiwan, entre los temores de que se desate una escalada militar en el estrecho que separa al gigante asiático y la isla que reclama como suya.
Pelosi ya había avisado que visitaría la isla, y obtuvo como respuesta un altisonante comentario de un conocido analista chino, que amenazó con que el gobierno chino podría bombardear el avión que transportaría a la vocera del Congreso estadounidense.
Finalmente no ocurrió, aún cuando China hizo una serie de maniobras y advertencias militares en torno a que si la nave que transportaba a la autoridad estadounidense tocaba su espacio aéreo, ellos se verían en el derecho de echarla abajo.
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