sábado, 8 de junio de 2019

LA BIBLIA HABLA DE BRANDING, Y NUNCA LO SUPIMOS

  BRANDING  Dicen que nada es nuevo bajo el sol. Tal vez tenemos esta suerte de tendencia natural ha "reinventar" nuestas ideas. Las retocamos y las alimentamos de influencias para matizarlas de mejor manera. Tal vez algo parecido sucede con la insospechada relación que he encontrado entre la Biblia y el branding. Apartentemente dos temas tan diferentes en lo superficial, pero muy relacionados si investigamos con mayor detalle... Ahora te cuento.


En Lecciones de un gato sobre branding se trazaba a modo literario la importancia del nombre, que es básicamente más que eso.

Cómo llamar a un gato
Ponerle nombre a un gato es harto complicado, desde luego no es un juego para los muy simplones.

Pueden pensar ustedes que estoy algo chiflado cuando digo que al menos ha de tener tres nombres.

Lo primero es el nombre que le damos a diario; como Pedro, Alonso, Augusto o Don Bigote; Como Víctor o Jorge o el simpático Paco. Todos ellos son nombres bastante razonables.


Los hay más bonitos y que suenan mejor para las damas y los caballeros, como Admetus, Electra, Démeter, o Platón, pero todos son nombres demasiado discretos. Y un gato ha de tener uno más especial, que sea peculiar, algo más digno.

¿Cómo, si no, va a alzar su rabo vertical o atusar sus bigotes y mantenerse altivo?

De nombres de este tipo os puedo dar un quórum como son Mankostrop, Quoricopat o Qaxo, también Bamboliurina o, si no, Yellylorum, son nombres que jamás compartirán dos gatos.

Pero a pesar de todo, nos queda un nombre más, y ése es el que tú nunca podrás adivinar, el nombre que los hombres jamás encontrarán. Que SÓLO EL GATO LO SABE y no confesará.

Si un gato ves en meditación, el motivo nunca te asombre. Su mente está en contemplación de la Idea Una de su nombre. Su inefable, efable, efainefable, único, oscuro, inescrutable Nombre.
T.S. Elliot The Naming of Cats. El nombre se torna importante. Define a al objeto o a la persona nombrada. Habla de su historia y presume de su misión.

Pues en la antiguedad no era distinto.

En la lógica bíblica el cambio de nombre era trascendental; más todavía si Dios era quien cambiaba tu nombre.

El cambio de nombre venía acompañado de profundos cambios en la vida de la persona y en su misión y visión del mundo.

► Lee también: etapas del Proceso de Naming 

Veamos:

#1 Abram cambia de nombre a Abraham. Génesis 17, 3-6
► Cambio de misión: Padre de las Naciones.

#2 Sarai cambia a Sara.
Génesis 17, 16
► Cambio de misión: Princesa fecunda, madre de reyes.

#3 Jacob cambia a Israel.
Génesis 32, 28
► Cambio de misión: "Porque luchó con Dios y los hombres y venció".

#4 Jesús
Mateo 1, 21
► Misión "le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados."

El hilo conductor de todos estos casos habla del nombre como una expresión de identidad y de propósito.

Otro pasaje bíblico, incluso más interesante:

—Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy?

Respondiendo Simón Pedro, dijo:
—Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente. (Identidad)

Entonces le respondió Jesús:
—Bienaventurado eres, Simón hijo de Jonás (identidad previa) porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo: que Tú eres Pedro (nueva identidad) y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia (nueva misión); y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos, y todo lo que ates en la tierra, estará atado en los cielos; y todo lo que desates en la tierra estará desatado en los cielos.

En el branding moderno, con toda la parafernalia que encierra la técnica, encontramos exactamente el mismo hilo conductor.

El nombre abarca la identidad de la marca, pero también articula la narrativa de su misión y de su promesa. 











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