¿Hay alguna profecía que se hayan cumplido en el 2021?
Los elementos proféticos se realizan en el mundo de manera
suave y sutil, e incluso de forma imperceptible a primera vista.
Los católicos, no creemos en un Dios que se abstrae e ignora
lo que está sucediendo en la Tierra.
Más bien, creemos que Dios tiene un plan salvífico para acabar con el mal en el mundo y que está en plena ejecución.
La crisis sanitaria por la que atraviesa nuestras sociedad
exige que miremos con atención los signos de los tiempos, que a veces resultan
confusos, por lo que exigen especial discernimiento para aclarar mejor la
imagen total.
Dios, que tiene una mirada sobre la totalidad, controla todo
lo que sucede; y ese atributo nunca lo perderá.
No te pierdas el siguiente video, donde hablaremos de las
profecías, vaticinios y presagios que coinciden con los últimos acontecimientos
sociales, tecnológicos y culturales que nos dejó el último año 2021.
Mira También: ► GARABANDAL y el RETORNO del COMUNISMO en el MUNDO a través de la GLOBALIZACIÓN
La primera de las profecías que vamos a abordar es la de la
marca de la Bestia.
La de la marca de la bestia, es probablemente, una de las
profecías más conocidas durante los últimos dos mil años entre los cristianos
de todas las épocas.
Pero ¿qué es la marca de la bestia?
La marca de la bestia, hace referencia específicamente a la
capacidad de poder hacer transacciones comerciales a quien la posea.
En Apocalipsis 13, 17-18 se habla de una señal o distintivo
que los hombres: “pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos” se ponen
«en su mano derecha, o en sus frentes, de manera que ninguno pudiese comprar o
vender, sino el que tuviera la señal».
La “marca de la bestia” es una alegoría del certificado que
ciertos emperadores romanos otorgaban a quienes realizaban sacrificios a los
dioses.
Los cristianos de los primeros tiempos obviamente no
portaban estos certificados, por lo que su identificación era muy rápida y
sencilla.
La administración del emperador Dioclesiano, expidió téseras
que certificaban que su poseedor había rendido culto al César, de modo que,
quien no la tuviera no podría comerciar ni viajar.
Durante los primeros años del cristianismo, los expertos en
teología han coincidido en imaginar la “marca de la bestia” como una tésera,
permiso o salvoconducto.
Una interpretación menos popular para la época era la que
identificaba “la marca” como un tatuaje tangible en la piel.
Actualmente, la idea más popular es identificarla con un
código QR, un microchip implantado en el cuerpo, o cualquier tipo de
dispositivo que registre y almacene todos los datos de su portador.
Últimamente no han faltado quienes consideran que, la marca
de la bestia, podría hacer referencia a un protocolo que interfiera con las
funciones neuronales del individuo.
De manera que el ser humano se convierta en un autómata o
zombi a merced del sistema, con una personalidad totalmente manipulada.
Sin embargo, en este punto no es necesario un dispositivo
electrónico que conduzca a este mismo efecto.
La “marca de la bestia” va a tomar la apariencia de la
tecnología disponible en cada época. En lo que debemos concentrarnos es en su
naturaleza específica.
Según se narra en el Apocalipsis, la “marca de la Bestia” no
es dada por la Bestia del Mar, sino por la Bestia de la Tierra.
Los exégetas del apocalipsis consideran que la Bestia del
Mar vendría a ser una coalición mundial.
La Bestia del Mar es aquella que tiene siete cabezas, lo que
representaría a una coalición de autoridades y/o naciones.
Su anticristo es de tipo político.
Por otro lado, los especialistas consideran que la Bestia de
la tierra, “que tiene dos cuernos como de cordero” porque remeda a Cristo, pero
habla como serpiente; tiene un poder religioso y falsifica la religión.
Usa su poder para ponerlo a disposición de la Bestia
política. Como corderito aparentemente manso, empuja cariñosamente a los
hombres hacia la apostasía.
De manera que, la marca de la bestia, sin importar el
elemento tecnológico o material que tenga, deberá apostatar de Dios.
La profesión de apostasía puede ser expresa o participando
en hechos horrendos.
Frente y manos, en “donde irá la marca de la Bestia”
simbolizan respectivamente el modo de pensar y el modo de obrar.
Es decir, un completo cambio de vida, que involucra un
cambio de comportamiento y de pensamiento hecho de manera libre y voluntaria,
con un ánimo proselitista.
La Bestia del Mar, es la encargada de animar a los hombres a
imprimirse esta marca, porque tiene un sentido benéfico y de bienestar común.
Quienes no quieran hacerlo no podrán “comprar ni vender”.
Alguien que no pueda hacer transacciones comerciales será visto como motivo de
burla al inicio, pero luego, será objeto de furia y odio.
Luego, serán expulsados del círculo familiar y de amigos,
círculo que incluso pueden convertirlos en sus peores enemigos.
Cuando leemos el Apocalipsis 16 versículo 2, nos enteramos
que quienes recibieron la marca de la Bestia morirán de una úlcera repugnante y
maligna, una enfermedad arrasadora. Que aparecerá con el primer ángel que derrame
su copa; desatando una plaga que es el preludio de la derrota del Anticristo.
Dicho todo esto en relación a la más acertada y menos
fantasiosa de las interpretaciones en torno a la marca de la bestia, cabe
preguntarnos ¿está nuestra sociedad en una posición en dónde ha apostatado en
torno a Dios?
El modo de actuar y pensar en contra de Dios se ha
acelerado, cada vez de manera más dramática.
Paralelamente, los mecanismos que promueven esos cambios de
comportamiento también se han perfeccionado y globalizado.
Precisamente, durante el último año, las tecnológicas han
crecido de manera exponencial y todas las plataformas manejan discursos
similares y evitan el pensamiento que se salga del dogma sistémico.
Estas plataformas trabajan de la mano con las multilaterales
que, además promueven una gobernanza totalizadora entre las naciones adheridas.
Las plataformas tecnológicas tienen incluso el poder de
quitar de sus redes a cualquiera que resulte incómodo para el pensamiento
sistémico, como sucedió con el líder de una superpotencia en el 2020.
Durante el 2021, el poder de la conjunción entre las multilaterales,
plataformas tecnológicas y medios de comunicación, se afianzó para promover y
estimular el pensamiento único en torno a la eficacia de las inoculaciones y
los certificados sanitarios, manejando todos uno solo discurso.
Claramente el pase tiene una función más política que sanitaria,
y esto ha hecho que la mayoría de estados del mundo se conviertan en estados
policiales.
Así, pensamiento único, estados policiales y mejores
tecnologías de control en torno a una gran coalición política, prefiguran una
de las características de la bestia del mar de la que hablábamos al inicio.
Este entorno coincide con el mensaje de Nuestra Señora en
Garabandal en donde dijo que los eventos que traerán el aviso, el milagro y el
castigo aparecerían cuando volviera el comunismo.
Otro hecho especialmente interesante es la visita próxima
del papa Francisco a Rusia para reunirse con el patriarca ortodoxo Kirill, aún
sin fecha.
Cabe recordar que en las apariciones de Hrushiv en Ucrania,
se afirma que la tercera guerra mundial comenzaría allí con un enfrentamiento
entre Rusia y Ukrania.
En la actualidad las tensiones entre estos dos países han
estado a la orden del día, y hacen recordar a los tiempos de la guerra fría.
Los potenciales conflictos se extienden a la intención china
de recuperar Taiwan a mediano plazo, así como a las habituales tensiones entre
Israel e Irán.
Europa misma no escapa de estas tensiones debido al
crecimiento exponencial de población musulmana, en una forma de colonización
que ellos llaman “hijra”.
Otros signos de los tiempos actuales, están dados por la
propia pandemia. Las dos fechas más importantes para el cristianismo han
coincidido con la aparición de nuevas variantes.
La variante Delta apareció durante la Pascua, mientras que
la variante Ómicron apareció durante la Navidad del 2021.
Todo esto en el contexto de masivas jornadas de vacunación
mundial.
Cabe destacar que el padre Michel Rodrigué afirmó que una
gran purificación iniciaría durante
otoño del 2020, temporada en donde empezaron las inoculaciones de manera
progresiva hasta llegar a escala global en 2021.
Finalmente, los conflictos dentro de la Iglesia Católica se
han acrecentado y coinciden con profecías que hablan de apostasía dentro de la
Iglesia.
Se han encendido las críticas dentro del seno de la Iglesia
en torno a su presunto énfasis hacia la ecología y los migrantes, más que a
temas específicos de evangelización.
Además los obispos alemanes quieren cambiar las enseñanzas
de la iglesia en torno a la sexualidad, los sacramentos y la jerarquía de
poder, por lo que están promoviendo “un
camino sinodal”.
Sumemos además, la división que existe en la Iglesia desde
el Concilio Vaticano II, entre tradicionalistas y modernistas.
Conchita de Garabandal dijo que antes que ocurran los
eventos futuros habrá un Sínodo importante en la Iglesia.
Precisamente ahora tenemos un Sínodo sobre la Sinodalidad
que va desde el 2021 hasta el 2023.
Estos son solo algunos de los elementos con tintes proféticos que se han configurado durante el 2021 y que podrían avisorar o no, el inicio de una etapa conocida como el fin de los tiempos.
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