La mayoría de las personas culpan a la falta de tiempo, recursos o motivación al hecho de no cumplir sus propósitos anuales.
Incluso a la pérdida de entusiasmo luego de comenzar.
La mayoría de gente se da por vencida dentro de unas pocas semanas, y suele suceder que estos mismos propósitos se repiten año tras año.
Estos son los cinco motivos más importantes por los que la
gente no los logra alcanzar.
Falta de realismo.
Un propósito va de lo que te gustaría hacer en vez de lo que
deberías hacer.
La gente establece objetivos excesivamente difíciles que
rápidamente se vuelven inalcanzables,
o establecen metas demasiado fáciles de las que se aburren
enseguida.
Lo fundamental es revisar si tus propósitos son alcanzables.
Es decir, si son cuantificables, si están limitados en el tiempo, si son de
naturaleza específica y si están alineados con tus objetivos.
Pregúntate además si se pueden descomponer en partes más
pequeñas.
Recuerda que, para poder alcanzarlos, tendrás que cambiar tu
comportamiento en muchos aspectos, de manera que su consecución sea razonable.
Falta de responsabilidad
Procura trabajar con un líder, mentor, coach o socio que te
permita asegurar la energía o el impulso adecuado para alcanzar tus metas.
El logro de objetivos se trata, en la mayoría de ocasiones,
de dar los pasos adecuados en la dirección correcta.
Evita personas que te agotan, más bien trabaja con personas
que te eleven y alienten, más todavía cuando estés deprimido.
Falta de seguimiento
Una revisión semanal o quincenal te permitirá hacerle
seguimiento al progreso de tus metas.
Recuerda que lo que se mide se hace, y lo que se hace se
puede mejorar y convertir en un hábito con la ayuda de un buen sistema de
seguimiento.
Muchas barreras aparentes se basan en suposiciones,
inferencias, juicios, pensamientos excesivos y puntos de referencia previos.
Un historial de logros ayuda en el desarrollo de la
consistencia de la resolución.
Falta de planificación
Una buena implementación va precedida de una buena
planificación.
Es más realista si planificas las acciones en torno a un
propósito y los divides en partes más pequeñas para programarlos en un
calendario.
Los objetivos y planes semanales pequeños crean una
sensación positiva de logro.
Eso es mejor que pensar en que tienes un año entero para
poder reiniciar tus propósitos el mes o el año que viene.
La planificación garantiza también que se realicen todos los ajustes necesarios.
Falta de confianza
No dejes nunca que tus fracasos pasados definan tu futuro.
Aprendemos de nuestros fracasos y nos ponemos a trabajar.
Cada pequeña victoria debe celebrarse porque te motiva a
trabajar más duro.
Ser muy duro con uno mismo no ayuda porque centra toda tu
atención y energía en: ¿Por qué no puedo hacer esto?
Practica el saludable amor por ti mismo, sin caer en la
megalomanía o el narcicismo, así como el agradecimiento, la compasión y la
caridad.
No dejes que un contratiempo o decepción se conviertan en un
fracaso permanente.
El progreso es preferible que la perfección y si crees en
ti, puedes lograr muchas cosas con la planificación, ejecución, aprendizaje y
entrenamiento adecuado.
Poca claridad
La mayoría de las personas no logra alcanzar sus objetivos
porque su “por qué” no está claro.
El “por qué” es lo que motiva a las personas a tomar acción
y alcanzar sus objetivos.
Puede que sepas lo que quieres, pero no sabrás como
conseguirlos a menos que sepas porqué lo quieres.
Ahora dime, por qué estás definiendo esos propósitos. ¿Qué
te motiva a lograr esos objetivos?
¿Qué te motiva a hacer lo que haces? ¿conoces cuál es el
porqué de tu vida y como conecta con tus propósitos?
Las excusas desaparecen cuando el propósito es fuerte y uno
cambia naturalmente de actitud hacia una mirada de crecimiento.
Es importante ser consciente, asumir la responsabilidad,
mantenerse comprometido y dirigir todo el enfoque en la alineación de la
energía, la mentalidad y la acción para cumplir con las resoluciones de año
nuevo.
Comienza con una imagen de tu yo futuro en tu mente y haz
que la imagen sea grande y brillante. Alinea mente, alma y espíritu para
alcanzar esa imagen sin obsesionarte y con calma.
No seas duro contigo o extremadamente laxo. Disfruta el
camino y la transformación-
Recuerde, los ganadores y los perdedores tienen los mismos
objetivos; es lo que uno hace para llenar la 'brecha' en el medio lo que hace
toda la diferencia.
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