Uno de los mayores placeres y deleites del hombre es volar, tocar lo lejos en el cielo, aquello que con suerte solo podemos tocar, acaso con la mirada.
Dado que nos fue una facultad naturalmente negada, volar siempre fue una ambición que nos acerca instintivamente a Dios, y al lugar que habita.
Por eso, desde que el hombre es hombre, hemos aspirado a volar y a idear las máquinas necesarias que, acaso, imiten a las aves, únicas privilegiadas con ese regalo de mirar todo desde arriba.
Tal vez por eso es que volar en dron es uno de los pasatiempos favoritos de los fotógrafos y videoastas actuales, porque para quien tiene fascinación con la imágen, un ángulo nunca antes visto, se vuelve una tentación.
Así es que capturé algunas imágenes con mi dron a las que agregué imágenes de fotografía para crear este video que espero os guste.
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