La dirección de las relaciones públicas, en el marco de las comunicaciones corporativas, ofrece estupendas posibilidades para optimizar la gestión de la reputación en la organización. Sin embargo, esta importante especialidad no siempre recibe la atención merecida o simplemente no es entendida.
Cuando eso sucede, se apela a razones que no son las más válidas, o que no responden a una real y justificada causa. Aunque estas varÃan, son tres las más recurrentes:
#1 No hay dinero para invertir en eso
Este suele ser un lugar común cuando se trata de no invertir en comunicación y relaciones públicas.
La gestión de las relaciones públicas no tendrÃa que representar un alto presupuesto. La gestión se basa en la aplicación de soluciones basadas en la preparación del storytelling de la organización, y la conversación fluida con sus principales stakeholders.
#2 No hay tiempo para el PR
Bill Gates decÃa que si solo tuviera dos dólares, invertirÃa uno en relaciones públicas. Este es un ejemplo del peso que le dan los lÃderes a la gestión de la comunicación como un aliado indispensable para el crecimiento de organización.
En ese sentido, no es un tema de generar tiempo adicional para las relaciones públicas; sino más bien de hacer a las relaciones públicas parte de las operaciones actuales de la organización.
#3 Los resultados no se pueden medir
Hoy más que nunca las relaciones publicas son un intangible capaz de ser cuantificado, y el profesional de las comunicaciones debe ofrecer indicadores que le den a los tomadores de decisión, la posibilidad de ver el crecimiento de sus operaciones en tiempo real.
El responsable de comunicaciones corporativas y relaciones públicas debe hablar el mismo lenguaje de los directores, gerentes y responsables de la dirección; mostrarles progresos en términos de resultados y participar en las decisiones estratégicas de la organización.
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