Uno de los mejores recuerdos que puedo tener de la Navidad, en estos ya 45 años de vida, es precisamente poder armar mi propio nacimiento en casa, incluyendo en él mis propios detalles.
Es una representación en pequeña escala del misterio de la Encarnación que se ensalza cuando le incluimos la mayor cantidad de detalles, como quien además procura reimaginar la forma en la que vivían en tierras palestinas de hace 2000 mil años.
Debido a esta fascinación, no puedo evitar admirar los nacimientos o belenes - como le llaman en España - que se arman en las parroquias o iglesias.
Y digo iglesias, porque este es el único espacio que queda en donde se rescata el auténtico sentido de la Navidad, que ya ha sido enagenado por el modernismo y que la ha convertido en un evento social de un emotivista intercambio de regalos.
La mayoría de Occidente ha preferido quedarse con un tópico, en vez de continuar abrazando el sentido real de la Navidad.
Por eso, en mi último video de youtube he mostrado cómo es el belén más grande de la zona en donde vivo y que está por demás muy bonito.
En este otro video, que ya mostré en este blog, muestro más bien la decoración y el nacimiento de mi casa, así como algunos otros detalles que puedes ver en mi canal de Youtube
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