Probablemente el problema del mal es una de las discusiones más amplias de la historia de la filosofía y teología cristiana. Este dilema está profundamente relacionado con la existencia de Dios.
Muy bien, Juan Manuel de Prada es uno de mis intelectuales de cabecera, un escritor que sabe identificar la naturaleza de nuestra época con una mirada de águila propia de grandes intelectuales del acervo católico.
Hace unos días, a propósito de la lamentable muerte de la niña Mariquilla, acaecido en España; De Prada ha escrito dos artículos en los que trata de hacer un poco te enseñanza teológica en torno al origen del mal dentro de la visión cristiana de la vida.
La perspectiva cristiana del mal nos enseña, por ejemplo que el mal no tiene sustancia, sino que es básicamente la ausencia de bien; y no tiene razón si es que de éste no se puede extraer un bien mayor.
Mariquilla falleció debido a que, al salir de su colegio, una madre de familia la atropelló accidentalmente. Los padres de Mariquilla, aunque dolidos por la pérdida, decidieron abrazar a la madre que atropelló a su hija, y la exortaron a creer más en el Señor, diciéndoles directamente que si Dios ha permitido esa penosa situación, es porque sacará de ella un bien superior.
Esta es una idea claramente subversiva en una sociedad como la actual, pero Juan Manuel de Prada trata de desmenuzar la idea detrás de el exorto de los padres de Mariquilla, para que podamos entender qué hay detrás del cristianismo.
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