Flickr: Khalid Albaih |
Este es uno de los temas que más me ha venido llamando la
atención en los últimos tiempos debido al gran potencial de movilización e
interacción que tiene entre los ciudadanos y que se ha hecho evidente durante
protestas propias de la Primavera Árabe por citar un ejemplo paradigmático.
Durante este interesante y trascendente proceso la principal
plataforma de comunicación y movilización estuvo basada en gran medida en
Facebook y Twitter, así como en su capacidad para interactuar y viralizar
mensajes en un escenario en donde los medios de comunicación estaban cooptados
por los regímenes de turno, todos ellos dictatoriales.
En líneas generales las redes sociales ofrecen un espacio de
comunicación casi infinito, sin embargo el matiz se vuelve más notable cuando
encontramos su aplicabilidad en el contexto de gobiernos autoritarios. En esta
coyuntura las redes sociales constituyen guetos, escenarios de libertad en dónde
los ciudadanos pueden expresarse libremente y propiciar movimientos transgresores
contra el gobierno que atenta contra sus derechos.
Sin embargo, hay que hacer notar que las redes sociales
también les ofrecen la posibilidad a estos mismos gobiernos para vigilar las
actividades que desarrollan los principales líderes y partidarios de estos
movimientos por lo que constituyen igualmente armas que pueden ser utilizadas
en contra de la misma población.
En general, ¿de qué hablamos cuando hablamos de
ciberactivismo? La definición que ofrece Wikipedia es propuesta de esta manera:
“El ciberactivismo o activismo en línea se refiere al
conjunto de técnicas y tecnologías de la comunicación, basadas fundamentalmente
en internet y telefonía móvil; los medios sociales (especialmente Twitter y
Facebook), YouTube, correo electrónico y podcasts sirven para diversas formas
de activismo, de manera de posibilitar comunicaciones más rápidas en los
movimientos ciudadanos y difundir información local a una gran audiencia. Las
tecnologías de internet se utilizan para recaudación de fondos, construcción de
comunidad, hacer lobby y organizarse.”
De esta definición podemos desagregar algunos elementos que
nos pueden ayudar a comprender mejor el fenómeno.
En primer término hablamos de movimientos sociales
preexistentes al desarrollo de medios digitales y como segunda variable
reconocemos la aparición de las herramientas y plataformas tecnológicas que
permiten la interacción entre y con estos movimientos.
Una tercera variable en la definición que ofrece Wikipedia
está dada por los objetivos que persiguen los movimientos, que en suma buscan
el cambio de las condiciones objetivas en determinada dimensión social.
Un elemento que subyace al entendimiento de lo que
representa el ciberactivismo está dado por la inmediatez.
Dado que las plataformas comunicacionales lo propician, no
se puede entender el ciberactivismo sin la noción de lo instantáneo e
inmediato. El tiempo real es una variable inmanente al fenómeno, que además
define el tipo de sociedad en la que vivimos.
En ese sentido podemos concluir que el movimiento social ha
trasladado su interacción a la esfera de las redes sociales, aun cuando
conserva su núcleo en la dimensión offline. En el mundo online tiende a generar
corriente opinión en fracción de minutos, y en horas puede regresar al mundo
offline en forma de movimientos sociales, marchas o movilizaciones.
Obviamente no en todos los casos debe existir una
movilización o marcha ciudadana para que hablemos de ciberactivismo. Podemos
notar que esta existe cuando la gente se pliega a determinada causa desde
internet en temas variados que pueden ir desde derechos humanos hasta
conservación del planeta, construcción de ciudadanía, lucha contra el crimen
organizado, etc.
En una entrevista realizada a Mario Tascón en el número 140
de la revista Profesiones, comenta lo siguiente “Las multitudes conectadas
pueden articular una revolución mejor que las desconectadas. No hay fórmulas
mágicas, pero hay evidencias de que las sociedades ahora pueden comunicarse a
una velocidad desconocida y los procesos son mucho más rápidos que antes
—incluidas las caídas de regímenes autoritarios— ya que vivimos unos tiempos
donde no sirve tan solo con el control de los poderes clásicos, como se ha
visto en lugares como Egipto; controlar el ejército, la policía o incluso la
universidad no es suficiente…”
Siendo así el futuro del ciberactivismo, aunque no
determinante, se configura como una variable importante dentro de la creación
de conciencia y cambio social, así como herramienta necesaria para la
construcción de ciudadanía.
En este reportaje de el canal Encuentro de Argentina se hace una interesante recopilación, no solo de las definiciones respecto a ciberactivismo, sino de su historia e hitos.
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